El ángel
El ángel besó con diligencia los pequeños objetos que tenía alrededor. Luego cada uno fue creciendo y creciendo, y algunos se convirtieron en rosas y bosques, y otros en casas y edificios, y otros en personas y animales, y vio que su amor había levantado una ciudad entera de la nada. Pasado el tiempo, con la fuerza de un huracán sus alas incontrolables arrasaron la urbe y los perros, y los niños, y las casas y las flores. Y al ángel, lleno de tristeza por tanta muerte involuntaria, le salió una lágrima tan pesada que lo tiró al suelo. Quiso lamentarse y dejar su oficio, y encontró entonces los pequeños escombros que llamamos cosas, y otra vez comenzó a besarlos.